2 Samuel 6:16

Biblia Martin Nieto

Cuando el arca del Señor llegó a la ciudad de David, Mical, hija de Saúl, estaba mirando por la ventana y, al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón.

Referencias Cruzadas

1 Corintios 2:14

El hombre mundano no acepta las cosas del Espíritu de Dios; son locura para él, y no puede entenderlas, ya que hay que juzgarlas espiritualmente.

1 Crónicas 15:29

Cuando el arca de la alianza del Señor llegó a la ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, estaba mirando por la ventana, y al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón.

Salmos 69:7

Señor omnipotente, que yo no sea la vergüenza de los que en ti confían, que no sea el deshonor de los que a ti te buscan, oh Dios de Israel.

Hechos 2:13

Pero otros, burlándose, decían: 'Están borrachos'.

2 Samuel 3:14

David envió mensajeros a Isbaal, hijo de Saúl, para decirle: 'Devuélveme a mi mujer, Mical, que yo adquirí por cien prepucios de filisteos'.

Isaías 53:3

Despreciado, desecho de la humanidad, hombre de dolores, avezado al sufrimiento, como uno ante el cual se oculta el rostro, era despreciado y desestimado.

2 Samuel 5:7

Pero David se apoderó de la fortaleza de Sión, llamada luego la ciudad de David.

2 Samuel 6:15

Así David y toda la casa de Israel trasladaron el arca del Señor en medio de aclamaciones y del sonido de trompetas.

2 Samuel 6:20

Cuando David volvió a su casa para bendecirla, Mical, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: '¡Qué bien ha quedado hoy el rey de Israel desnudándose ante la vista de las criadas de sus servidores, como lo haría un hombre cualquiera!'.

1 Samuel 18:17

Saúl dijo a David: 'Te voy a dar por mujer a mi hija mayor, Merab, a condición de que seas un valiente guerrero y combatas las batallas del Señor'. Saúl se decía: 'Que no caiga mi mano sobre él, sino la de los filisteos'.

1 Samuel 18:20

Mical, hija de Saúl, amaba a David; se lo dijeron a Saúl, y le agradó.

Salmos 123:3

Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, que estamos hartos de tanto desprecio;