Yo los elegí de entre todas las tribus de Israel para ser mis sacerdotes, para subir a mi altar, para quemar el incienso y llevar el efod en mi presencia; yo concedí a la casa de tu padre todas las ofrendas de los israelitas;
David vestía un manto de lino, lo mismo que todos los levitas que llevaban el arca, los cantores, Quenanías, director del cortejo y los porteros. David llevaba además el efod de lino.
Etonces el rey dijo a Doeg: 'Acércate tú y mata a los sacerdotes'. Y Doeg, el idumeo, se acercó y mató él mismo a los sacerdotes. Mató aquel día a ochenta y cinco hombres de los que llevan el efod.
Os quedáis observando y, cuando veáis que las muchachas de Silo salen para bailar en coro, salís vosotros de las viñas y os lleváis cada uno una y os volvéis a vuestra tierra.
Cuando David volvió a su casa para bendecirla, Mical, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: '¡Qué bien ha quedado hoy el rey de Israel desnudándose ante la vista de las criadas de sus servidores, como lo haría un hombre cualquiera!'.