Los hombres de Judá fueron allí y ungieron a David por rey de la casa de Judá. Informaron a David de que las gentes de Yabés Galaad habían dado sepultura a Saúl.
Samuel tomó el cuerno del aceite y le ungió en presencia de sus hermanos. El espíritu del Señor se apoderó de David a partir de aquel día. Samuel se fue y volvió a Ramá.
Abner dijo a David: 'Me voy a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey. Ellos harán un pacto según los deseos de tu corazón'. David despidió a Abner, que se marchó en paz.
Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto ante el Señor. Ungieron a David por rey de Israel, según la palabra del Señor transmitida por Samuel.
Fueron a Guilgal y allí, ante la presencia del Señor, proclamaron rey a Saúl y ofrecieron al Señor sacrificios de reconciliación. Y Saúl y todos los israelitas hicieron una gran fiesta.
'Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: El Señor, Dios de vuestros padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: Os he visitado y he visto lo que se os hace en Egipto.
Pero el Señor, Dios de Israel, me eligió entre toda la casa de mi padre para rey eterno de Israel. En efecto, eligió a Judá para caudillo, de Judá eligió a la casa de mi padre, y entre los hijos de mi padre se fijó en mí para hacerme reinar sobre Israel.