Si van contigo, aunque tú des en el combate pruebas de fuerza, Dios te hará caer ante tus enemigos, porque en Dios está el poder de sostener y derribar'.
Jehú y Jonadab, hijo de Recab, entraron en el templo de Baal; Jehú ordenó a los adoradores de Baal: 'Registrad y mirad para que no haya aquí con vosotros ninguno de los adoradores del Señor, sino únicamente adoradores de Baal'.