Todo el mundo vino a invitar a David para que comiera algo, pues todavía era de día; pero David hizo este juramento: 'Que Dios me castigue si como pan o cualquier otra cosa antes de ponerse el sol'.
Se lamentaron, lloraron y ayunaron hasta la tarde por Saúl y por su hijo Jonatán, por el pueblo del Señor y por la casa de Israel, porque habían caído bajo la espada.
Nadie partirá el pan con quien está de duelo para consolarlo por un muerto; nadie le ofrecerá la copa del consuelo por la muerte del padre o de la madre.
Suspira en silencio, no hagas luto; cíñete el turbante a tu cabeza, ponte en los pies las sandalias; no te cubras la barba, no comas el pan del duelo'.
Entonces todo el ejército de Israel y todo el pueblo fueron a Betel y allí lloraron ante el Señor y ayunaron aquel día hasta la tarde y ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de reconciliación.
todos los valientes se pusieron en marcha, tomaron los cuerpos de Saúl y sus hijos, los llevaron a Yabés, los sepultaron bajo la encina de Yabés y ayunaron durante siete días.