Yo soy débil todavía, aunque haya recibido la unción real, y estos hombres, los hijos de Sarvia, son más fuertes que yo. Que el Señor pague al que hizo el mal según su malicia'.
Abner se indignó mucho por estas palabras de Isbaal, y le dijo: '¿Soy yo, acaso, una cabeza de perro? Yo he tenido piedad de la casa de Saúl, con sus hermanos y sus amigos, y no te he dejado caer en manos de David; ¿y ahora me recriminas por una mujer?
Cuando llegaron Joab y todo el ejército que él mandaba, comunicaron a Joab que había venido Abner, hijo de Ner, y que el rey le había despedido y le había dejado ir en paz.