Joab se presentó al rey, en su casa, y le dijo: 'Hoy cubres de vergüenza a tus siervos, que han salvado hoy tu vida, la vida de tus hijos y de tus hijas, la de tus mujeres y tus concubinas,
Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab le llevó aparte, al lado de la puerta, como para hablar pacíficamente con él, y allí le hirió mortalmente en el vientre, por la sangre de Asael, su hermano.
Abner dijo a David: 'Me voy a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey. Ellos harán un pacto según los deseos de tu corazón'. David despidió a Abner, que se marchó en paz.
David respondió: 'Bien, yo haré un pacto contigo; pero exijo de ti una sola cosa: no serás admitido ante mí si no me traes a Mical, hija de Saúl, cuando vengas a verme'.