Porque nuestra lucha no es contra gente de carne y hueso, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal, que moran en los espacios celestes.
Porque la carne lucha contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues estas cosas están una frente a la otra para que no hagáis lo que queréis.
Refirió a su mujer, Zeres, y a todos sus amigos lo que había sucedido. Ellos le dijeron: 'Comienzas a declinar ante Mardoqueo; si pertenece a la raza judía, no podrás nada contra él, sino que caerás ante él'.