2 Samuel 22:4

Biblia Martin Nieto

¡Alabado sea Dios! Yo le invoco y salgo victorioso de mis enemigos.

Referencias Cruzadas

Salmos 18:3

Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, mi roca, mi fortaleza, mi libertador, mi Dios, mi roca donde yo me refugio, mi escudo protector, mi salvación, mi asilo.

Apocalipsis 5:12

Y decían con fuerte voz: El cordero degollado es digno de recibir poder, riqueza, sabiduría, fuerza, gloria y alabanza.

Romanos 10:13

Por tanto, todo el que invoque el nombre del Señor se salvará.

Salmos 116:2

porque me presta oído siempre que lo invoco.

Salmos 96:4

Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses.

Salmos 48:1

Cántico. Salmo de los hijos de Coré

Apocalipsis 4:11

Señor, Dios nuestro, tú eres digno de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas, por tu voluntad existen y han sido creadas.

Salmos 116:17

Te ofreceré sacrificios en acción de gracias e invocaré tu nombre, Señor;

Salmos 116:13

Alzaré la copa de la victoria e invocaré el nombre del Señor;

Salmos 116:4

pero invoqué el nombre del Señor: 'Anda, Señor, sálvame la vida'.

Salmos 106:2

¿Quién podrá contar las proezas del Señor?, ¿quién podrá alabarlo como se merece?

Salmos 66:2

cantad la gloria de su nombre, tributadle su gloriosa alabanza;

Salmos 56:9

Tú cuentas los pasos de mi vida errante, mis lágrimas están recogidas en tu odre, todo está consignado en tu libro de notas.

Salmos 55:16

Que se mueran todos, que bajen vivos al abismo, pues la iniquidad se ha instalado en ellos como en su propia casa.

Salmos 50:15

invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.

Salmos 34:6

Los que miran hacia él quedan radiantes y su rostro no se sonroja más.

Nehemías 9:5

Y los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodiyías, Sebanías y Petajías dijeron: 'Levantaos y bendecid al Señor, vuestro Dios, desde siempre y por siempre. ¡Bendito sea tu nombre sublime y excelso, superior a toda bendición y alabanza!

2 Crónicas 20:22

Tan pronto como comenzó el canto de júbilo y alabanza, el Señor suscitó la confusión entre los amonitas, los moabitas y los de las montañas de Seír, que venían a atacar a Judá, y se enfrentaron unos contra otros.