Aquí está mi siervo a quien protejo; mi elegido, en quien mi alma se complace. He puesto en él mi espíritu, para que traiga la justicia a las naciones.
Yabés invocó al Dios de Israel, diciendo: 'Bendíceme, ensancha mi territorio, ayúdame, aleja de mí el infortunio y pon fin a mi aflicción'. Dios le concedió todo lo que había pedido.
Se fue de allí y cavó otro pozo, por el que ya no hubo riña; y le llamó Rejobot, porque dijo: 'Finalmente el Señor nos ha dado campo libre para que prosperemos en esta tierra'.