Apareció el fondo de los mares, los cimientos de la tierra quedaron al desnudo, al fragor, Señor, de tu amenaza, al resollar del viento en tus narices.
Cuando se hizo grandecito se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y le puso el nombre de Moisés, diciendo: 'Lo he sacado de las aguas'.