Benayas, hijo de Yehoyadá, hombre valiente y rico en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; fue también el que bajó a la cisterna y mató en ella a un león un día de nieve.
El año séptimo Yehoyadá mandó llamar a los jefes de centuria de los carios y de la escolta real y los hizo venir adonde él estaba, al templo del Señor. Hizo con ellos un pacto, y tomándoles juramento en el templo del Señor, les mostró al hijo del rey.
Pero el sacerdote Sadoc y Benayas, hijo de Yehoyadá; el profeta Natán; Semeí, amigo de David; Reí y la cohorte de valientes de David, no estaban con Adonías.