Los de Joab llegaron y lo asediaron en Abel Bet Maacá. Levantaron un terraplén contra la ciudad, y todo el ejército que seguía a Joab hacía minas para hacer caer la muralla.
Por lo cual, esto dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni lanzará en ella una flecha, no le opondrá escudo, ni construirá contra ella terraplenes.
Mira, los terraplenes que han levantado para el asalto alcanzan ya la ciudad, y la ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos, que la atacan con la espada, el hambre y la peste. Todo lo que has anunciado se está verificando, y tú lo ves.
Haz luego un simulacro de asedio contra ella; levanta contra ella torres movibles, amontona terraplenes, emplaza campamentos, sitúa arietes todo alrededor.
Porque esto dice el Señor, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de las casas de los reyes de Judá que van a ser destruidas. Ellas servirán de muros de defensa y de baluarte
Pues así habla el Señor todopoderoso: Derribad sus árboles, alzad un terraplén en torno a Jerusalén; ésta es la ciudad de la mentira, en ella sólo hay opresión.
Por eso, esto dice el Señor sobre el rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará una flecha contra ella, no le opondrá escudos, ni la cercará de baluartes.
En tiempo de Pécaj, rey de Israel, TeglatFalasar, rey de Asiria, fue y tomó Iyón, Abel Bet Maacá, Yanóaj, Cades, Jasor, Galaad, Galilea y todo el país de Neftalí, deportando todos sus habitantes a Asiria.
Ben Hadad dio oídos al rey Asá y mandó a los jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, y devastó a Iyón, Dan, Abel-bet-Maacá y toda la región de Genesaret con todo el territorio de Neftalí.