Después de esto, David consultó al Señor: '¿Debo ir a una de las ciudades de Judá?'. El Señor le respondió: 'Sí, vete'. David preguntó: '¿Dónde debo ir? Le respondió: 'A Hebrón'.
Una cosa pido al Señor, sólo eso busco: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para gustar la dulzura del Señor y contemplar la belleza de su templo.
a dar para los trabajos del templo de Dios: ciento setenta mil kilos de oro, diez mil monedas de oro, trescientos cuarenta mil kilos de plata, seiscientos diez mil kilos de bronce y tres millones cuatrocientos mil kilos de hierro.
Se presentará delante del sacerdote Eleazar, que consultará por él al Señor, por medio del urim. A sus órdenes saldrán y entrarán con él todos los israelitas, toda la comunidad'.
Subieron por el Negueb y llegaron a Hebrón, donde estaban Ajimán, Sesay y Tomay, hijos de Anac (Hebrón fue fundada siete años antes que Tanis de Egipto).
A Caleb, hijo de Jefoné, se le dio una parte en medio de los hijos de Judá, tal como el Señor había ordenado a Josué: Quiriat Arbá, metrópoli de los anaquitas, es decir, Hebrón.