Y aquel día la victoria se cambió en luto para todo el ejército, porque aquel día el ejército supo que el rey estaba afligido por su hijo.
Barzilay, el galaadita, fue también a Roguelín y continuó con el rey para guiarle hasta el Jordán.
David había llegado a Majanayín cuando Absalón pasó el Jordán con todos los israelitas que le acompañaban.
¿Por qué has huido en secreto, con engaño y sin avisarme? Yo te habría despedido con alegría y con cánticos al son de tambores y vihuelas.
Dijeron a Joab que el rey lloraba y se lamentaba por Absalón.
Por eso aquel día las tropas entraron furtivamente en la ciudad, como entra la gente avergonzada de haber huido en la batalla.