El rey le preguntó: '¿Queda alguno de la casa de Saúl a quien yo pueda favorecer en nombre de Dios?'. Sibá respondió: 'Todavía queda un hijo de Jonatán, que está lisiado de ambos pies'.
Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo. Tenía cinco años cuando llegó de Yezrael la noticia sobre Saúl y Jonatán. Su nodriza le tomó para huir con él, pero en la precipitación de la fuga cayó y quedó cojo. Se llamaba Meribaal.