Todos los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma, y nadie llamaba propia cosa alguna de cuantas poseían, sino que tenían en común todas las cosas.
Absalón había puesto a la cabeza del ejército a Amasá, en lugar de Joab. Amasá era hijo de un hombre llamado Yitrá, el ismaelita, que se había unido a Aigaíl, hija de Jesé y hermana de Sarvia, la madre de Joab.