Pero les vio un joven y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos, caminando de prisa, llegaron a Bajurín, a casa de un hombre que tenía una cisterna en el patio, y allí se metieron.
Su marido partió con ella y la siguió llorando hasta Bajurín. Abner le dijo: 'Anda, vuélvete'. Y él se volvió.
Cuando el rey David llegó a Bajurín, salió de allí un hombre del mismo clan de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá. Salía profiriendo maldiciones.
El rey volvió y llegó al Jordán. Judá venía a Guilgal para ir al encuentro del rey y ayudarle a pasar el Jordán.