En aquellos días el consejo que daba Ajitófel era considerado como un oráculo de Dios. Así eran considerados todos los consejos de Ajitófel, tanto los que daba a David como los que daba a Absalón.
Absalón mandó a buscar a su propia ciudad de Guiló a Ajitófel, guilonita, consejero de David, que estuvo con él mientras ofrecía el sacrificio. La conjuración se hizo fuerte y los partidarios de Absalón iban aumentando.
Ajitófel, viendo que no se seguía su consejo, aparejó su asno y se fue a su casa, en su ciudad; puso todo en orden y se ahorcó. Así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
Absalón y todos los israelitas dijeron: 'El consejo de Jusay, el arquita, es mejor que el de Ajitófel'. El Señor había decidido traer la ruina sobre Absalón.
el que tenga el don de la palabra, que use de él como el que comunica palabras de Dios; el que presta un servicio que lo haga como mandatario de Dios de manera que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo al cual se debe la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
El amo alabó al administrador infiel, porque había actuado con sagacidad. Pues los hijos del mundo son más sagaces en sus relaciones que los hijos de la luz.
En aquel tiempo Jesús dijo: 'Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos.
Se presentará delante del sacerdote Eleazar, que consultará por él al Señor, por medio del urim. A sus órdenes saldrán y entrarán con él todos los israelitas, toda la comunidad'.
Cuando comunicaron a David que Ajitófel estaba con Absalón, entre los conjurados, dijo: '¡Te suplico, Señor, que hagas fracasar los planes de Ajitófel!'.