Jusay le respondió: 'No, yo quiero estar y quedarme con aquel a quien ha elegido el Señor, todo este pueblo y toda la gente de Israel.
Samuel tomó el cuerno del aceite y le ungió en presencia de sus hermanos. El espíritu del Señor se apoderó de David a partir de aquel día. Samuel se fue y volvió a Ramá.
Absalón dijo a Jusay: '¿Es éste el afecto que tienes a tu amigo? ¿Por qué no fuiste con tu amigo?'.
En segundo lugar, ¿a quién me pongo a servir? ¿No es a su hijo? Como estuve al servicio de tu padre, así estaré a tu servicio'.