Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




2 Samuel 16:1

Biblia Martin Nieto

Apenas había David traspasado la cumbre, cuando Sibá, el servidor de Meribaal le salió al encuentro con dos asnos aparejados, que llevaban doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutos del tiempo y un odre de vino.

Ver Capítulo Copiar

17 Referencias Cruzadas  

Rápidamente Abigaíl tomó doscientos panes y dos odres de vino, cinco carneros ya preparados, cuarenta kilos de grano tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos secos. Lo cargó todo sobre asnos

Al llegar David a la cumbre, donde se adora a Dios, le salió al encuentro Jusay, el arquita, con los vestidos desgarrados y polvo sobre su cabeza.

El Señor Dios me hizo ver esto: Una canasta de frutas maduras.

regresaron todos ellos de los diversos lugares donde estaban dispersos, y vinieron a la tierra de Judá, donde Godolías, en Mispá, e hicieron una abundante recolección de vino y frutos.

Mirad, yo por mí me quedo en Mispá como representante del país ante los caldeos que vengan a nosotros. Vosotros recoged la uva, los frutos y el aceite, llenad vuestras tinajas y habitad en las ciudades que vais a ocupar'.

Durante tres días permanecieron allí comiendo y bebiendo con David, pues sus hermanos los habían provisto de víveres.

Barzilay, el galaadita, fue también a Roguelín y continuó con el rey para guiarle hasta el Jordán.

David subía la pendiente de los olivos; subía llorando, con la cabeza cubierta y los pies descalzos, y todo el pueblo que le acompañaba iba también con la cabeza cubierta y llorando.

Jesé tomó cinco panes, un odre de vino y un cabrito y se lo mandó a Saúl por medio de su hijo David.

Más allá, cuando llegues a la cima del Tabor, encontrarás a tres hombres que suben a visitar a Dios, en Betel: uno lleva tres cabritos, otro tres panes y el tercero un odre de vino.

¡Ay de mí, que soy como un espigador en verano, como un rebuscador tras la vendimia! No hay un racimo que comer, ni un higo temprano que apetezco tanto.

Las dádivas abren todas las puertas al hombre y le dan acceso a la presencia de los grandes.

Semeí, hijo de Guerá, el benjaminita de Bajurín, se apresuró a bajar también con los hombres de Judá al encuentro del rey David.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios