Cuando comunicaron a David que Ajitófel estaba con Absalón, entre los conjurados, dijo: '¡Te suplico, Señor, que hagas fracasar los planes de Ajitófel!'.
Ajitófel, viendo que no se seguía su consejo, aparejó su asno y se fue a su casa, en su ciudad; puso todo en orden y se ahorcó. Así murió, y fue sepultado en el sepulcro de su padre.
Absalón y todos los israelitas dijeron: 'El consejo de Jusay, el arquita, es mejor que el de Ajitófel'. El Señor había decidido traer la ruina sobre Absalón.
En aquellos días el consejo que daba Ajitófel era considerado como un oráculo de Dios. Así eran considerados todos los consejos de Ajitófel, tanto los que daba a David como los que daba a Absalón.
Absalón mandó a buscar a su propia ciudad de Guiló a Ajitófel, guilonita, consejero de David, que estuvo con él mientras ofrecía el sacrificio. La conjuración se hizo fuerte y los partidarios de Absalón iban aumentando.
el que desbarata los presagios de los charlatanes y vuelve insensatos a los adivinos; el que obliga a retirarse a los sabios y reduce a necedad su saber;