especialmente los que siguen los deseos impuros de la carne y desprecian la autoridad del Señor. Atrevidos y arrogantes, no tienen miedo en blasfemar contra los seres gloriosos,
Surgirá al fin en lugar de éste un hombre despreciable, a quien no se conferirá la dignidad real, sino que se introducirá mediante la astucia y se apoderará del reino a fuerza de intrigas.
Se amotinaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: '¡Esto ya es demasiado! Si todos los miembros de la comunidad son santos y el Señor está en medio de ellos, ¿por qué os levantáis vosotros por encima de toda la asamblea del Señor?'.
Y continuaba: '¡Quién me constituyese juez en el país, para que todos los que tuviesen un juicio o un pleito viniesen a mí y yo les hiciese justicia!'.