Si los dignatarios llegan a saber que yo he hablado contigo y se presentan a ti para decirte: Queremos saber qué has dicho al rey y qué es lo que el rey te ha respondido; no nos ocultes nada, de lo contrario te mataremos,
El rey Sedecías mandó a buscar al profeta Jeremías a la tercera puerta del templo del Señor; el rey dijo a Jeremías: 'Tengo que preguntarte una cosa, no me ocultes nada'.
Tu sierva se dijo: La palabra del rey, mi señor, servirá para tranquilizarnos; pues mi señor, el rey, es como un ángel de Dios para comprender el bien y el mal. Que el Señor, tu Dios, esté contigo'.
El rey le preguntó: '¿No está contigo la mano de Joab en todo este asunto?'. La mujer respondió: 'Por tu vida, que no se desvía a la derecha o a la izquierda nada de cuanto dice mi señor, el rey: Tu mismo siervo Joab es quien me ha mandado y me ha indicado todo lo que tenía que decirte.