Absalón le respondió: 'Te he mandado a decir que vinieses para enviarte al rey con este mensaje: ¿Para qué he venido de Guesur? Me hubiera sido mejor estar todavía allí. Quiero ver al rey; y, si tengo culpa, que me mate'.
Apenas terminó él de hablar, cuando llegaron los hijos del rey, que se pusieron a llorar a voz en grito. También el rey y sus servidores lloraron con gran llanto.
Entonces la mujer dijo: '¿Por qué piensas tú de este modo contra el pueblo de Dios? El rey se hace culpable por las palabras que acaba de pronunciar, si no hace que vuelva el que ha huido de él.