Absalón dijo: 'Permite, al menos, que venga con nosotros mi hermano Amnón'. El rey respondió: '¿Por qué ha de ir contigo?'.
Levantan la mano contra sus aliados y rompen el pacto;
Joab preguntó a Amasá: '¿Estás bien, hermano mío?'. Y con la mano derecha le agarró de la barba, como para besarle.
Cuando Abner volvió a Hebrón, Joab le llevó aparte, al lado de la puerta, como para hablar pacíficamente con él, y allí le hirió mortalmente en el vientre, por la sangre de Asael, su hermano.
El rey respondió: 'No, hijo mío, no iremos todos, por no serte gravosos'. Absalón insistió; pero él no quiso ir, y lo bendijo.
Pero Absalón le insistió, y el rey dejó ir a Amnón y a todos los hijos del rey. Absalón había preparado un gran banquete, un banquete regio,
El que odia se enmascara con sus palabras, pero en su interior aloja la perfidia;
Saeta mortífera es su lengua, tan sólo falsedad sale de su boca; paz auguran a su prójimo pero en su corazón le preparan un lazo.