Levantó torres en el desierto y abrió muchos pozos porque tenía muchos ganados en la Sefela y en la meseta, labradores y viñadores en los montes y en las huertas, pues era amante de la agricultura.
En efecto, hoy ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad y ha invitado a todos los hijos del rey, a los jefes del ejército y a Abiatar, el sacerdote. Están comiendo y bebiendo en su compañía y gritan: ¡Viva el rey Adonías!
Ha matado bueyes, animales cebados y ganado menor en gran cantidad, y ha invitado a todos los hijos del rey, al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército; pero a tu siervo Salomón no le ha invitado.
Adonías mató ganado menor y mayor y animales cebados junto a la piedra de Zojélet, situada cerca de la fuente de Roguel, e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los varones de Judá, servidores del monarca.
Cuando Abigaíl llegó a su casa, se encontró a Nabal celebrando un banquete regio. Estaba muy alegre y completamente borracho. Ella no le dijo ni una palabra hasta la mañana siguiente.
He sabido que estás esquilando. Pues bien, tus pastores estuvieron con nosotros; nunca les molestamos ni les faltó nada mientras estuvieron en el Carmelo.
En Maón había un hombre que tenía posesiones en el Carmelo. Era un hombre muy rico: tenía tres mil ovejas y mil cabras. Estaba entonces en el Carmelo para el esquileo de sus ovejas.