El Señor castigó al rey, que estuvo leproso hasta su muerte; vivió en una casa aislada, mientras su hijo Jotán estaba al frente del palacio del gobierno de la nación.
Ved ahora que soy yo, / que soy el único, / y que no hay Dios alguno más que yo. / Soy yo el dueño de la muerte y de la vida. / Yo hiero y yo curo. No hay nadie que se libre de mi mano.