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Referencias Cruzadas

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2 Samuel 12:13

Biblia Martin Nieto

David dijo a Natán: 'He pecado contra el Señor'. Entonces Natán dijo a David: 'El Señor, por su parte, ha perdonado tu pecado. No morirás.

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46 Referencias Cruzadas  

El que oculta sus faltas no prosperará, el que las reconoce y las abandona obtendrá misericordia.

Lávame más y más de mi delito y purifícame de mi pecado.

Después de haber hecho el censo del pueblo, David sintió que le remordía la conciencia, y dijo al Señor: '¡He cometido un gran pecado por haber hecho esto! Señor, perdona el pecado de tu siervo, porque he obrado como un insensato'.

El ángel tomó la palabra y dijo a los que estaban delante: Quitadle de encima esas ropas sucias. Después dijo a Josué: Mira, he quitado de encima de ti tus pecados y te he vestido con vestidos preciosos.

El hijo comenzó a decir: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de llamarme hijo tuyo.

Saúl contestó: 'He pecado; pero ahora, por favor, ríndeme honores ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel y vuelve conmigo para que yo adore al Señor, tu Dios'.

En cuanto al hombre que comete adulterio con una mujer casada: el hombre que comete adulterio con la mujer de su prójimo, será castigado con la muerte, él y la mujer.

y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el rey de los reyes de la tierra. A aquel que nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su propia sangre,

porque, de otro modo, hubiese tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo; pero ahora se ha manifestado una sola vez, al fin de los tiempos, para abolir el pecado por su sacrificio.

pero si andamos en la luz, como él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.

Al oírle, se conmovieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué debemos hacer, hermanos?'.

y envió a cortar la cabeza de Juan en la cárcel.

Y cuando castiga, tiene aún compasión, según su gran bondad.

He disipado como una nube tus delitos y como nublado tus pecados; vuélvete a mí, pues yo te he redimido.

No has comprado por dinero caña aromática para mí, ni me has saciado con la grasa de tus sacrificios; sólo con tus pecados me has oprimido, me has agobiado con tus iniquidades.

Oh, sí, en salud se cambia mi amargura. Tú has salvado mi vida de la fosa vacía, te has echado a las espaldas todos mis pecados.

Anillo de oro y joya de oro puro, tal es una sabia represión en un oído dócil.

Líbrame de delitos de sangre, Señor, salvador mío, y mi lengua exaltará tu justicia.

y ante los hombres canta así: 'Yo había pecado y violado la justicia, mas Dios no me ha tratado conforme a mi delito;

Amasías le interrumpió: '¿Has sido nombrado acaso consejero del rey? Termina ya, si no quieres que te mate'. El profeta se calló, pero antes dijo: 'Ya veo que Dios ha decidido tu perdición, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo'.

Asá se indignó contra el profeta y lo metió en la cárcel, pues sus palabras le habían llenado de cólera contra él. Asá maltrató también a otros del pueblo.

Entonces le envió un capitán con sus cincuenta soldados. Llegó éste donde Elías, que estaba sentado en la cima del monte, y le dijo: 'Hombre de Dios, el rey ordena que vayas'.

El rey de Israel respondió a Josafat: 'Hay todavía uno por medio del cual podemos consultar al Señor; pero yo le odio porque nunca me profetiza cosas buenas, sino cosas malas. Es Miqueas, hijo de Yimlá'. Josafat dijo: 'No hable así el rey'.

Ajab dijo a Elías: '¿Así que me has sorprendido, enemigo mío?'. 'Sí, te he sorprendido -respondió Elías-; por haberte prestado a hacer lo que es malo a los ojos del Señor,

El rey, al oír la amenaza que el hombre de Dios había gritado contra el altar de Betel, extendió su mano desde el altar, y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero la mano que había extendido contra él se le quedó tiesa sin poderla mover.

Saúl le respondió: '¡Yo he obedecido al Señor! Fui a la expedición a la que él me mandó; he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas.

El que hiera a otro mortalmente, sea quien sea, morirá irremisiblemente.

El publicano, por el contrario, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador.

Ni él es más poderoso que yo en esta casa. Nada me ha prohibido más que a ti, puesto que tú eres su mujer. ¿Cómo podría yo cometer un mal tan grande y pecar contra Dios?'.

David dijo entonces a Dios: 'He cometido un gran pecado. Perdona el pecado de tu siervo, pues he obrado como un insensato'.

cuanto dista el oriente del occidente, así aleja de nosotros nuestras culpas.

El Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: 'Esta vez he pecado. El Señor es justo, y yo y mi pueblo, culpables.

Cuando David vio al ángel que azotaba al pueblo, dijo al Señor: 'Yo soy quien ha pecado y ha obrado mal; pero estos otros, el rebaño, ¿qué han hecho? Que tu mano caiga sobre mí y sobre mi familia'.

Contra ti, contra ti solo pequé y he hecho lo que tú no puedes ver. Por eso tu sentencia es justa y eres recto en el juicio.




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