David dijo a Urías: 'Quédate aquí hoy todavía, y mañana te enviaré'. Urías se quedó en Jerusalén aquel día.
También de allí saldrás con las manos en la cabeza, porque el Señor ha desechado a aquellos en los que confiabas y no tendrás éxito con ellos.
Si era dulce el mal a su boca, si bajo su lengua lo escondía,
Al día siguiente David le invitó a comer y beber con él, y Urías se emborrachó; por la tarde salió a acostarse en su cama con los servidores de su señor, pero no fue a su casa.