Los amonitas salieron y se pusieron en orden de batalla a la entrada de la ciudad, mientras que los sirios de Sobá y de Rejob y los hombres de Tob y de Maacá estaban en el campo.
Los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David, y enviaron mensajeros para contratar como mercenarios a los sirios de Bet Rejob y de Sobá, veinte mil soldados de infantería, del rey de Maacá, mil hombres, y de Tob, doce mil.
Contrataron a sueldo al rey de Maacá, sus tropas y treinta y dos mil carros, que acamparon frente a Madabá, mientras los amonitas, reunidos fuera ya de sus ciudades, estaban prontos al combate.
Jefté se fue lejos de sus hermanos y se estableció en el país de Tob. Se juntó con él una pandilla de bandoleros, que hacían incursiones bajo su mando.
Joab, viendo que tenía dos frentes, uno delante y otro detrás, seleccionó a la flor y nata del ejército de Israel y lo puso en orden de batalla frente a los sirios;
Se le juntaron unos desalmados y él se hizo jefe de la banda, mientras David derrotaba a los sirios; se apoderó de Damasco y se estableció allí como rey;
se presentaron a Godolías en Mispá: Ismael, hijo de Netanías; Juan, hijo de Carej; Serayas, hijo de Tanjumet; los hijos de Efaí de Netofá, y Yenazías, de Maacá, con su gente respectiva.