Al tercer día llegó un hombre del campamento de Saúl, con los vestidos desgarrados y la cabeza cubierta de polvo. Cuando llegó donde estaba David, se postró rostro en tierra.
David le preguntó: '¿Qué ha pasado? Infórmame'. Él respondió: 'El pueblo huyó de la batalla y muchos de entre el pueblo cayeron y murieron. Murieron también Saúl y su hijo Jonatán'.
David le preguntó: '¿A quién perteneces y de dónde eres?'. Él respondió: 'Soy un joven egipcio, esclavo de un amalecita. Mi señor me abandonó hace tres días porque me puse enfermo.