No deis la noticia en Gat, no lo publiquéis por los caminos de Ascalón; que no se alegren las hijas de los filisteos, que no se regocijen las hijas de los incircuncisos.
Al volver David de la guerra después de dar muerte al filisteo, las mujeres salían de todas las ciudades de Israel, cantando y danzando ante el rey Saúl al son de tambores y arpas y con gritos de alegría;
antes que fuese puesta al descubierto tu desnudez? Pues ahora eres tú la burla de las edomitas y de todos sus alrededores y de las filisteas, que por todas partes te desprecian.
Entonces yo extendí mi mano contra ti, reduje tu ración y te abandoné a merced de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de tu conducta descarada.
Entonces Saúl dijo a su escudero: 'Desenvaina tu espada y traspásame con ella, no sea que vengan esos incircuncisos y se burlen de mí'. Pero su escudero no quiso, pues tenía mucho miedo. Entonces Saúl agarró su espada y se echó sobre ella.
David preguntó a los que estaban a su lado: '¿Qué se hará con el que mate a este filisteo y quite esta ofensa de Israel? ¿Quién es este filisteo incircunciso que desafía al ejército del Dios vivo?'.
Entonces el espíritu del Señor se apoderó de Sansón, bajó a Ascalón y mató a treinta hombres, les quitó sus vestidos y se los dio a los que habían adivinado su acertijo; y, enfurecido, se volvió a la casa de su padre.
Jonatán dijo a su escudero: 'Vamos, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos. Quién sabe lo que el Señor hará por nosotros, porque nada impide al Señor dar la victoria con muchos o pocos'.
Éstos son los tumores de oro que los filisteos dieron en ofrenda de reconciliación al Señor: uno por Asdod, uno por Gaza, uno por Ascalón, uno por Gat y uno por Ecrón.