Entonces me puse a apacentar las ovejas del matadero por cuenta de los tratantes. Tomé dos cayados; a uno le puse por nombre Benevolencia y al otro le llamé Unión, y me puse a apacentar las ovejas.
¡Ay, cómo el Señor en su ira ha cubierto de sombras a la hija de Sión! Ha precipitado del cielo a la tierra la gloria de Israel: ¡No quiere acordarse del estrado de sus pies, en el día de su ira!