Después llegaron a la fuente de la justicia, o sea Cades, y ocuparon todo el territorio de los amalecitas y el de los amorreos, que habitaban en Jasesón Tamar.
David le preguntó: '¿A quién perteneces y de dónde eres?'. Él respondió: 'Soy un joven egipcio, esclavo de un amalecita. Mi señor me abandonó hace tres días porque me puse enfermo.