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Referencias Cruzadas

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2 Corintios 3:7

Biblia Martin Nieto

Y si el ministerio de muerte, grabado en letras sobre piedras, fue glorioso hasta el punto que los israelitas no podían mirar fijamente al rostro de Moisés a causa del resplandor, que era pasajero,

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38 Referencias Cruzadas  

Cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.

porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree.

Cuando el Señor terminó de hablar a Moisés en la montaña del Sinaí, le dio las dos tablas de la ley, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios.

que me ha capacitado para ser ministro de la nueva alianza; no de la letra, sino del espíritu, pues la letra mata, pero el espíritu da vida.

pues es claro que vosotros sois una carta de Cristo redactada por mí y escrita, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne, en vuestros corazones.

El Señor dijo a Moisés: 'Sube a la montaña y estate allí. Yo te daré unas tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instruirlos'.

En realidad, la ley lleva consigo el castigo; pero donde no hay ley no hay transgresión de la ley.

Cuánto amo tu ley: todo el día estoy pensando en ella;

y yo quedé muerto. Así resultó que el mandamiento, que debía darme la vida, me trajo la muerte.

Entonces todos los que estaban sentados en el tribunal clavaron sus ojos en él y vieron su rostro como el rostro de un ángel.

Señor, espero que me salves, pues tu ley hace mis delicias.

Yo bajé de la montaña, que estaba en llamas, trayendo en mis manos las dos tablas de la alianza.

En mi interior me agrada la ley de Dios;

El Señor os promulgó su alianza y os mandó ponerla en práctica; eran los diez mandamientos que escribió sobre dos tablas de piedra.

El Señor dijo a Moisés: 'Prepárate dos tablas de piedra, como las primeras que tú rompiste; voy a escribir en ellas las palabras de las otras.

Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie de la montaña.

El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de piel y los vistió.

con el altar de oro para los perfumes y el arca de la alianza totalmente recubierta de oro, que contenía un vaso de oro lleno de maná, la vara de Aarón que había florecido y las tablas de la alianza;

Bajaste sobre el monte Sinaí, hablaste con ellos desde el cielo, les diste disposiciones justas, leyes verdaderas, preceptos y mandamientos buenos.

¿Qué nación hay tan grande que tenga leyes y mandamientos tan justos como esta ley que yo os propongo hoy?

Éstas son las palabras que el Señor dirigió a toda vuestra comunidad sobre la montaña, en medio de fuego, de nube y de tinieblas, con fuerte voz, sin añadir más. Las escribió sobre dos tablas de piedra, que me entregó.

La ley llegó para que abundase el delito; pero donde abundó el delito, sobreabundó la gracia,

Pues cuando seguíamos nuestros bajos instintos, la ley avivaba nuestras pasiones pecaminosas, que producían en nuestro cuerpo frutos de muerte.

¡cuánto más glorioso no será el ministerio del espíritu!

Pero los que se atienen al cumplimiento de la ley están bajo maldición, como dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple todo lo que está escrito en la ley.

La ley, por tanto, ¿está contra las promesas de Dios? De ninguna manera. Si se hubiera dado una ley capaz de vivificar, entonces la justicia hubiera sido realmente por la ley.

Él, en efecto, ha sido considerado digno de una gloria superior a la de Moisés, en la misma medida en que la dignidad del arquitecto de una casa supera a la casa misma.

Porque no os habéis acercado a una montaña que se pueda tocar con la mano, como los israelitas. No os habéis enfrentado al fuego ardiente, al torbellino, a la oscuridad densa, a la tempestad,




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