Así es como desde vosotros se ha difundido la palabra del Señor; y no solamente en Macedonia y en Acaya, sino por doquier es conocida vuestra fe en Dios, de suerte que no tenemos necesidad de hablar de ella.
Es justo que yo sienta así de todos vosotros, pues os llevo en el corazón, ya que compartís conmigo el privilegio de estar preso y de defender y consolidar el evangelio.