Por esto nos esforzamos y luchamos, porque tenemos puesta nuestra esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, sobre todo de los creyentes.
Y añadió: 'El Señor, que me ha librado de las garras del león y del oso, me librará de las manos de ese filisteo'. Saúl dijo a David: '¡Vete, y que el Señor esté contigo!'.
Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas, de tal modo que la palabra ha sido anunciada cumplidamente por mí y oída por los paganos. Y yo he sido librado de la boca del león.
Pero aquellos hombres se presentaron atropelladamente ante el rey y le dijeron: 'No olvides, oh rey, que, según la ley de los medos y los persas, ninguna prohibición o edicto que haya dado el rey puede ser revocada'.