Así se han portado conmigo desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome para servir a dioses extranjeros, y así se portan ahora contigo.
El pueblo, viendo que Moisés tardaba en bajar de la montaña, se reunió en torno a Aarón y le dijo: 'Anda, haznos un Dios que vaya delante de nosotros, porque ese Moisés, el hombre que nos ha sacado de Egipto, no sabemos qué ha sido de él'.
La ira del Señor se encendió contra Israel y dijo: 'Ya que esta generación ha violado la alianza que yo había establecido con sus padres y no me ha obedecido,
El pueblo se querelló contra Moisés diciendo: 'Danos agua para beber'. Y Moisés les dijo: '¿Por qué os querelláis conmigo? ¿Por qué tentáis al Señor?'.
diciendo: '¡Ojalá hubiéramos muerto por mano del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos! Vosotros, en cambio, nos habéis traído a este desierto para hacer morir de hambre a toda esta muchedumbre'.
Pero el Señor dijo a Samuel: 'Obedece la voz del pueblo en todo lo que te diga, porque no te han rechazado a ti, sino a mí, para que no reine sobre ellos.
Al cabo de siete años cada uno de vosotros dejará libre a su hermano hebreo que le haya sido vendido; estará a tu servicio seis años y luego lo dejarás en libertad. Pero vuestros padres no escucharon ni hicieron caso.
Él me dijo: 'Hijo de hombre, yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes, que se han rebelado contra mí, ellos y sus padres, hasta este mismo día.
no lleguen a ser como sus padres, una generación indócil y rebelde, generación cuyo corazón no fue constante, y cuyo espíritu fue desleal para con Dios.