David partió con los seiscientos hombres que le acompañaban, y llegaron al arroyo Besor.
David se puso en marcha y se pasó, con los seiscientos hombres que tenía, a Aquís, hijo de Maoc, rey de Gat.
Continuó la persecución con cuatrocientos hombres, pues doscientos se quedaron allí porque estaban muy fatigados para pasar el arroyo.
Llevó también a los hombres que estaban con él, cada uno con su familia, y se establecieron en las ciudades de Hebrón.
Todos sus servidores estaban a su lado. Todos los quereteos, los peleteos y los hititas que le habían seguido desde Gat, seiscientos hombres, marchaban delante del rey.