Encontraron un egipcio en el campo y le condujeron a David. Le dieron de comer y de beber;
No buscarás su prosperidad ni su bienestar jamás, en todos los días de tu vida.
Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui emigrante y me acogisteis,
Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber,
Continuó la persecución con cuatrocientos hombres, pues doscientos se quedaron allí porque estaban muy fatigados para pasar el arroyo.
un trozo de torta de higos secos y dos racimos de uvas pasas. Él comió y se reanimó, pues no había comido ni bebido nada durante tres días y tres noches.
No desprecies al edomita, pues es tu hermano; ni al egipcio, pues fuiste huésped en su tierra;