Después me dijo: 'No temas, hombre preferido por Dios, la paz sea contigo; sé fuerte y ten ánimo'. Al hablarme así me sentí reanimado y dije: 'Hable mi Señor, pues me has confortado'.
Por tercera vez lo llamó el Señor: '¡Samuel!'. Se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: 'Aquí estoy, pues me has llamado'. Comprendió entonces Elí que era el Señor el que lo llamaba,
Él respondió: 'No, yo soy el jefe del ejército del Señor y acabo de llegar'. Josué cayó rostro en tierra, le adoró y le dijo: '¿Cuáles son las órdenes de mi Señor a su siervo?'.