Por segunda vez lo llamó el Señor: '¡Samuel!'. Y Samuel se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo: 'Aquí estoy, pues me has llamado'. Elí respondió: 'No te he llamado; vuelve a acostarte, hijo mío'.
Ajimás, hijo de Sadoc, volvió a decir a Joab: 'Ocurra lo que ocurra, déjame que corra también yo tras el cusita'. Joab le dijo: '¿Por qué quieres correr, hijo mío? No encontrarás recompensa alguna'.
José alzó los ojos y vio a Benjamín, su hermano materno, y preguntó: '¿Es éste vuestro hermano menor, del que me hablasteis?'. Y a él le dijo: 'Dios te guarde, hijo mío'.