Entonces dijo a sus servidores: 'Buscadme una mujer dedicada a la nigromancia para que vaya a consultarla'. Sus servidores le respondieron: 'En Endor hay una mujer que se dedica a la nigromancia'.
Otra vez, cuando íbamos al lugar de la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía un espíritu adivinador, la cual con sus adivinaciones procuraba a sus amos muchas ganancias.
Manasés tenía en los territorios de Isacar y de Aser los siguientes enclaves: Betsán, Yiblán, Dor, Endor, Tanac y Meguido, con sus correspondientes aldeas.
Samuel había muerto; todo Israel le había llorado y le habían sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl había expulsado del país a los nigromantes y adivinos.