mudó de color y le asaltaron terribles pensamientos; se le relajaron las articulaciones de sus caderas y sus rodillas se pusieron a temblar una contra otra.
Y se le anunció a la casa de David: 'Siria ha acampado en Efraín'. Entonces se estremeció el corazón del rey y el corazón del pueblo, como se estremecen con el viento los árboles del bosque.