David no dejaba con vida ni hombre ni mujer, para que no fueran a Gat y dijeran lo que hacía. Tal fue su manera de proceder durante todo el tiempo que permaneció en territorio filisteo.
David dijo a Abiatar: 'Ya pensé yo, al estar allí aquel día Doeg, que seguramente se lo comunicaría a Saúl. Yo soy el responsable de la vida de toda tu familia.
Cuando Aquís preguntaba: '¿Dónde habéis hecho incursión hoy?', David respondía: 'En el Negueb de Judá, en el Negueb de Yerajmeel, en el Negueb de los quenitas'.