David dijo a Ajimélec, el hitita, y a Abisay, hijo de Sarvia: '¿Quién quiere venir conmigo al campamento de Saúl?'. Abisay respondió: 'Yo iré contigo'.
Abisay, hermano de Joab e hijo de Sarvia, era el jefe de los treinta. Él blandió la lanza contra trescientos, los mató y adquirió fama entre los treinta.
El rey dio a Joab, a Abisay y a Itay la orden siguiente: 'Respetad, por consideración a mí, al joven Absalón'. Y todo el pueblo supo que el rey había dado esta orden sobre Absalón a todos los jefes.
Entonces, ¿por qué has despreciado al Señor haciendo lo que le desagrada? Mataste con la espada a Urías, el hitita, y tomaste por esposa a su mujer. Tú lo mataste con la espada de los amonitas.
pero los arqueros tiraron sobre tus siervos desde lo alto de los muros y murieron muchos siervos del rey, y tu siervo Urías, el hitita, murió también'.
¿Quién mató a Abimélec, hijo de Yerubaal? ¿No fue una mujer, que tiró sobre él desde lo alto de los muros una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os habéis acercado tanto a las murallas?, tú le dirás: También murió tu siervo Urías, el hitita'.
Y añadió: 'En esto conoceréis que en medio de vosotros está un Dios viviente que echará delante de vosotros al cananeo, al hitita, al heveo, al fereceo, al guirgaseo, al amorreo y al jebuseo:
David y Abisay fueron de noche al campamento; Saúl estaba acostado en el centro del campamento y dormía, con su lanza clavada en la tierra, junto a su cabecera. Abner y la tropa estaban acostados a su alrededor.
Un carro por seiscientas monedas de plata, y un caballo por ciento cincuenta. Por el mismo precio los mercaderes se lo vendían también a los reyes hititas y sirios.
El Señor había hecho oír en el campamento de Siria un estrépito de carros de combate y de caballos, estrépito como de un poderoso ejército, y se habían dicho unos a otros: 'El rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y a los reyes de Egipto para atacarnos'.
Joab, hijo de Sarvia, y los oficiales de David salieron también, y se encontraron cerca del estanque de Gabaón. Acamparon unos a un lado del estanque, y otros al otro.