Biblia Todo Logo
Referencias Cruzadas

- Anuncios -




1 Samuel 26:21

Biblia Martin Nieto

Entonces Saúl dijo: 'He pecado. Vuelve, hijo mío, David, pues no volveré a hacerte mal, porque mi vida ha sido hoy preciosa a tus ojos. He obrado como un insensato y me he engañado lamentablemente'.

Ver Capítulo Copiar

16 Referencias Cruzadas  

Cuando David terminó de hablar así, Saúl le dijo: '¿Es ésta tu voz, hijo mío, David?'. Y comenzó a llorar con grandes gritos.

Saúl dijo a Samuel: 'He pecado traspasando la orden del Señor y tus palabras, porque temí al pueblo y accedí a sus palabras.

El Faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo: 'Esta vez he pecado. El Señor es justo, y yo y mi pueblo, culpables.

'He pecado entregando sangre inocente'. Ellos dijeron: '¿A nosotros qué? ¡Tú verás!'.

Saúl contestó: 'He pecado; pero ahora, por favor, ríndeme honores ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel y vuelve conmigo para que yo adore al Señor, tu Dios'.

Al Señor le cuesta mucho ver morir a sus amigos.

Nadie puede rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios por su propio rescate.

Saúl se enteró de que David había huido a Gat y dejó de perseguirlo.

Y así como tu vida ha sido hoy de gran valor a mis ojos, así también será estimada mi vida a los ojos del Señor, y él me librará de toda angustia'.

Los jefes de los filisteos hacían incursiones, y en todas ellas David obtenía mayor éxito que todos los demás servidores de Saúl. Y así su nombre se hizo muy famoso.

Balaán respondió al ángel del Señor: '¡He pecado! Yo no sabía que eras tú quien me cerraba el paso. Si la cosa te desagrada, ahora mismo me vuelvo'.

David respondió: 'Aquí está la lanza del rey. Que uno de los jóvenes atraviese y venga a recogerla.

él los defenderá contra la explotación y la violencia, su sangre tendrá un gran precio ante sus ojos.

Samuel le respondió: '¡Has obrado neciamente! Si hubieras observado el mandamiento que el Señor, tu Dios, te había dado, entonces el Señor habría consolidado por siempre tu realeza sobre Israel.

El rey volvió a enviar un tercer capitán con sus cincuenta soldados. Pero este tercer capitán fue, se postró de rodillas ante Elías y le suplicó: 'Hombre de Dios, ¡por favor! Que mi vida y la de estos cincuenta siervos tuyos sea preciosa a tus ojos.

Ha bajado fuego del cielo y ha devorado a los dos capitanes de cincuenta y a su gente, pero ahora, que mi vida sea preciosa a tus ojos'.




Síguenos en:

Anuncios


Anuncios