Aquí me tenéis; acusadme ante el Señor y ante su ungido si he quitado a alguien un buey o he robado a alguien un asno, si he oprimido o perjudicado a alguien o me he dejado sobornar. Acusadme, y yo os responderé'.
Y dijo a sus hombres: 'El Señor me libre de hacer tal cosa a mi señor, el ungido del Señor, de poner mi mano sobre él, porque él es el ungido del Señor'.
Después de haber hecho el censo del pueblo, David sintió que le remordía la conciencia, y dijo al Señor: '¡He cometido un gran pecado por haber hecho esto! Señor, perdona el pecado de tu siervo, porque he obrado como un insensato'.