David dijo a Abiatar: 'Ya pensé yo, al estar allí aquel día Doeg, que seguramente se lo comunicaría a Saúl. Yo soy el responsable de la vida de toda tu familia.
Pero no haré desaparecer de mi altar a todos los tuyos, para que se consuman de envidia sus ojos y desfallezca de dolor su alma; y la mayor parte de tu familia morirá por la espada en la plenitud de la edad.